
Después de unos días, la mujer –soltera, de 34 años- se había recuperado, pero permaneció en su cama esperando la visita del doctor. Transcurrieron varias semanas y el medico no volvía. Para ese entonces, la paciente había descubierto que disfrutaba siendo atendida a cuerpo de rey y rehusó levantarse.
Al principio, fue cuidada por su madre. Cuando esta murió, la reemplazo su cuñado. Finalmente, el nuevo medico del area hizo una visita de rutina a la casa de la paciente –en Taunton, Devon- y examinó a la mujer que tenia entonces 74 años y aun guardaba cama, empecinadamente. El nuevo medico remitió el caso a un especialista en geriatría.
El geriatra, doctor Meter Rowe, dijo: “En la época en que la vi, ella no hubiera podido levantarse si lo hubiera querido. Estaba bastante rolliza, y muy lejos de desear abandonar el lecho”.
El doctor Rowe informó del caso a las revistas médicas británicas en 1978, pero a causa de la ética profesional el nombre de la mujer nunca fue revelado. Rowe relato que se necesitaron siete meses de terapia de apoyo para persuadir a la anciana de que abandonara la cama, y cómo al fin, por suerte, se puso de pie nuevamente. Vivió tres años “Plenamente activos” antes de su muerte, a los 77 años
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