martes, 24 de febrero de 2009

Cuarenta años con gripe en la cama.

En su periodo de practicas, un medico visito a una anciana de 74 años, que había estado postrada en cama durante los últimos cuarenta años. No pudo encontrar ninguna enfermedad en ella. Después descubrió que uno de los médicos que le había precedido había ordenado a la mujer que permaneciera en cama, porque padecía gripe. Le había dicho que no se levantase hasta que el volviera a visitarla. Pero el medico se olvido de volver.
Después de unos días, la mujer –soltera, de 34 años- se había recuperado, pero permaneció en su cama esperando la visita del doctor. Transcurrieron varias semanas y el medico no volvía. Para ese entonces, la paciente había descubierto que disfrutaba siendo atendida a cuerpo de rey y rehusó levantarse.
Al principio, fue cuidada por su madre. Cuando esta murió, la reemplazo su cuñado. Finalmente, el nuevo medico del area hizo una visita de rutina a la casa de la paciente –en Taunton, Devon- y examinó a la mujer que tenia entonces 74 años y aun guardaba cama, empecinadamente. El nuevo medico remitió el caso a un especialista en geriatría.
El geriatra, doctor Meter Rowe, dijo: “En la época en que la vi, ella no hubiera podido levantarse si lo hubiera querido. Estaba bastante rolliza, y muy lejos de desear abandonar el lecho”.

El doctor Rowe informó del caso a las revistas médicas británicas en 1978, pero a causa de la ética profesional el nombre de la mujer nunca fue revelado. Rowe relato que se necesitaron siete meses de terapia de apoyo para persuadir a la anciana de que abandonara la cama, y cómo al fin, por suerte, se puso de pie nuevamente. Vivió tres años “Plenamente activos” antes de su muerte, a los 77 años

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